Esta impresionante escultura de bronce representa a uno de los tres hombres sabios, que, según la tradición bíblica, visitó al niño Jesús, con el don de incienso. La figura se encuentra en una postura de reverencia y asombro, con su mano izquierda sosteniendo el precioso regalo en su corazón. Cada detalle, desde la expresión en sus ojos hasta los pliegues que fluyen de su túnica, muestra la excepcional artesanía del artista y la atención al detalle. Hecho a mano utilizando el método antiguo y venerado de fundición de cera perdida, esta escultura es un testimonio del legado duradero de esta técnica para preservar detalles intrincados. El acabado de la pátina marrón agrega profundidad y carácter a la pieza, destacando su belleza atemporal. Montada en una base de mármol negro y firmada por el.
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