Esta encantadora escultura captura la inocencia y la dedicación de un joven árabe que sirve en un gran palacio. Lleva una pequeña bandeja con una botella redonda, lista para saciar la sed de su amo. Su cabello está envuelto en un turbante y está vestido con un mono holgado, que refleja el atuendo tradicional. La sonrisa inocente del niño y su comportamiento sereno mientras se abre paso entre una multitud de adultos están representados con maestría, añadiendo un toque de calidez y humanidad a la pieza. Elaborada con meticuloso detalle, esta escultura está hecha 100% de bronce y presenta una rica pátina marrón que realza su atractivo atemporal. El uso del antiguo método de “cera perdida” en su creación garantiza una alta calidad y durabilidad, preservando los detalles intrincados y las expre.
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