Los finos detalles de la escultura son evidentes en las texturas de la ropa del hombre, la musculatura del caballo y la elegante postura de la mujer mientras ofrece la taza. El artista ha prestado una atención meticulosa a cada elemento, desde los ojos expresivos del caballo hasta los delicados pliegues del vestido de la mujer, creando una escena dinámica y realista que atrae a los espectadores a su narrativa. Terminado en una base sólida de mármol negro, la escultura presenta una rica pátina marrón que mejora su atractivo visual y agrega profundidad al bronce. La base está firmada A. Dubucand, rindiendo homenaje al reconocido artista conocido por sus temas orientalistas. Esta pieza, hecha a mano usando el método de cera perdido, ejemplifica el arte atemporal y los detalles exquisitos, por.
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