En esta encantadora escultura de bronce, un niño está sentado serenamente, con un sombrero para el sol que enmarca su cabello ondulado cuidadosamente peinado. Con las piernas dobladas debajo de él, sostiene una pelota en sus manos y hace una pausa en su juego para reflexionar sobre su próxima aventura. Su expresión es de profunda concentración, reflejando la inocencia y el asombro de la infancia mientras contempla las posibilidades que tiene ante él. Firmada por el artista Milo, esta figura de bronce no solo es una hermosa obra de arte sino también un tesoro atemporal que traerá alegría y deleite a cualquier espacio. Ya sea que se exhiba en la habitación de un niño, en una sala de estar o en el gabinete de un coleccionista, esta escultura sirve como un recordatorio de las alegrías simples.
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